Esta se caracteriza por ser una
inflamación que ocurre en la articulación de la rodilla en la que el cartílago
que permite a los huesos la movilidad va erosionándose de forma gradual y se
hace mucho más fino y frágil.
Padecer artritis en la rodilla
supone que está se encuentre hinchada y rígida, y no permita realizar los
movimientos con facilidad. Al mismo tiempo se siente dolor que puede ser más o
menos intenso dependiendo del movimiento que se haya realizado o se esté realizando.
Como ya ocurría con la artritis
de cadera que hemos comentado en artículos anteriores, no existe una causa
exacta para que suceda la misma, aunque la edad es un aliciente más. Cabe
señalar que el ejercicio no suele provocar osteoartritis si no es que se
realiza de forma excesiva y sin control. Sí que es cierto que las lesiones de
rodilla pueden hacer que se sea más propenso a padecerla a largo plazo. Una
causa muy común es un desgarro en el cartílago meniscal o un desgarro en los
propios ligamentos de la rodilla.
¿Qué tratamiento se sigue? El
tratamiento será el propio especialista el que lo señale porque todo ello
depende de la situación en la que se encuentre el cartílago, de la edad y el
ritmo de vida que lleve el paciente.
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