Hoy traemos un artículo dedicado a los
ciclistas en todos los ámbitos y que creemos que es muy interesante ya que el
complejo articular de la rodilla en este deporte se encuentra sometido a unas
cargas muy importantes por la musculatura extensora de la rodilla en el gesto y
movimiento del pedaleo. Pero es que a este movimiento hay que sumarle el número
de veces por minuto que se realiza ya que, por ejemplo, en una salida de dos
horas puede llegar a realizarse más de 9.500 movimientos.
Cuando se practica ciclismo, no hay un
componente muscular excéntrico en tensión en la fascia del pie que aporte
rigidez al miembro inferior, lo que hace que haya un componente de valgo de la
rodilla mucho más elevado que en la marcha, Además, al realizarse este deporte
sentado, hay un acortamiento en el músculo recto femoral que provoca alteración
mecánica en la articulación patelofemoral.
Podemos
señalar una elevada cantidad de factores de riesgo internos, desde
malformaciones de la tróclea femoral, ángulos Q por encima de los 15 grados,
pies planos, pies cavos inestables, torsiones tibiales, etc.
Es
muy importante en estos casos la calidad de los materiales, la técnica del
pedaleo, colocar el sillín en adecuada posición atendiendo a la altura y al
retroceso.
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